viernes, 7 de septiembre de 2012

Se encontraba ahí, de nuevo. Llena de expectativas e ilusiones que esperaba cumplir con él. Pareciere como si su corazón destruido comenzará a armarse de nuevo, a llenarse de esas gotas de vida que hace mucho no sentía en su interior. De esas ganas de sonreír y saltar por ahí sin razón alguna aunque, él se había convertido en esa razón. En el dueño de los sueños raros y las sonrisas tontas. Sólo que eso a él ya no le importaba. No creía en el amor de los corazones destruidos, no creía en la cura de la soledad.


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